Siete datos curiosos de Antigua Guatemala

El eterno azote de Cabrakán: Desde su tercera fundación en el valle de Ponchoy en 1542, Santiago de los Caballeros de Guatemala sufrió la ira del dios maya de los terremotos, movimientos que sacudieron la capital de la Capitanía General en 1565, 1575, 1577 y 1585 con algunas réplicas de menor escala. Durante el siglo XVII la ciudad crecería en riqueza y esplendor, progreso truncado de vez en cuando por terremotos en 1651, 1679 y 1689. Pese a todos a la constante presencia de fenómenos sísmicos, la ciudad nunca fue irremediable ni severamente dañada hasta el terremoto de San Miguel en 1717, que ocurriera tras la erupción del volcán. Este provocó cuantiosos daños en los barrios, edificios gubernamentales y eclesiásticos, además de cobrar numerosas vidas y provocar una escasez de agua. Pese a que las autoridades propusieron trasladar la ciudad a otro sitio, la población se negó a ello, protestando abiertamente. En 1751 el terremoto de San Casimiro zarandeó nuevamente sus cimientos. Sin embargo, no fue hasta 1773 que los determinantes terremotos de Santa Marta destruyeron la ciudad a tal punto que fue abandonada y trasladada al sitio que hoy es la capital del país. Desde entonces el sitio fundado en 1542 pasó a conocerse como Antigua Guatemala. Otros sismos fueron los de 1874, 1917, 19178, 1942 y 1976, pero pese a ello la ciudad sigue estando habitada.

La primera ciudad hispanoamericana de concepción ordenada: A principio del siglo XVI los españoles fundadores no tenían muy claro el concepto urbanístico de la retícula por lo que se les reconoce. Sin embargo, pronto el orden de los pueblos se necesitó para poder estipular algo: la repartición del territorio conquistado. El trazado ortogonal de la retícula, con clases rectas y cuadras ordenadas hicieron de Guatemala una de las ciudades más bellas de la América española; aunque su propósito real haya sido ordenar las tierras, más que por estética. Debido a que fue abandonada en 1773, es una de las pocas localidades americanas que conserva su trazado original casi sin alteraciones.

Siete datos curiosos de Antigua Guatemala

Sede de la universidad más antigua: La ciudad fue la sede de la universidad más antigua del país: la Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo, fundada en 1676 por orden del rey Carlos II de España y aprobada por el Papa Inocencio XI mediante una bula en 1687. Sólo podían cursar estudios los blancos e indígenas, excluyendo de ella a los negros, mulatos y los que tenían un historial con la Santa Inquisición. El terremoto de San Casimiro afectó en 1751 el edificio, por lo que fue necesario construir una nueva sede. El nuevo edificio, de hermosa hechura y estilo barroco fue terminado en 1763. Tras el terremoto de 1773, la sede la universidad sufrió daños menores; y aunque las autoridades universitarias se negaron a dejar la sede que tanto les había costado levantar, fueron obligados a trasladarse a un nuevo solar en la nueva Guatemala (actual capital del país). La vieja universidad fue usada entonces como escuela y biblioteca. Desde 1936, este edificio es sede del Museo de Arte Colonial, donde se exhiben cantidad de obras del periodo hispánico guatemalteco.

Siete datos curiosos de Antigua Guatemala
Siete datos curiosos de Antigua Guatemala

La primera imprenta en Guatemala: En 1660 el mexicano José de Pineda Ibarra, maestro de impresión de gran prestigio en Nueva España recibió de fray Francisco de Borja una oferta: abrir la primera imprenta en Santiago de Guatemala, y en noviembre de ese mismo año imprimió el primer libro publicado en el país. Su trabajo también incluye la venta de libros religiosos, históricos y de literatura. A su muerte en 1680, su hijo heredó el taller y siguió con el trabajo de su padre, cuyo legado incluye distintas imprentas surgidas durante el siglo XVIII. Actualmente la casa en la que vivió y funcionó su imprenta es el Museo del Libro Antiguo.

Los palacios de la Capitanía General: Uno de los mayores aportes del periodo barroco a la arquitectura fue el triunfo del palacio sobre el castillo medieval. La ornamentación y el miedo al vacío caracterizaron la estructura de los palacetes barrocos, que se reprodujeron por toda América. A mediados del siglo XVIII, en medio de su pujante crecimiento económico, la capital de Guatemala tuvo en su plaza mayor dos de los más esplendorosos palacios. El Palacio del Ayuntamiento fue construido en 1740 sobre el solar de uno antiguo, de rasgos más austeros, que había sido dañado por el terremoto de 1757. Este nuevo edificio resistió el terremoto de 1751, a tal punto que no sufrió ningún daño. El Palacio Real fue la residencia de los Capitanes de la Capitanía General de Guatemala fue construido en la década de 1760 sobre el antiguo edificio del siglo XVII que recibiera graves daños de los sismos de 1717 y 1751. Fue dañado por el terremoto de 1773 y no fue reconstruido sino hasta finales del siglo XIX. Actualmente es la sede del Museo de Armas Santiago de los Caballeros. Ambas edificaciones son testigos fidedignos del esplendor vivido en la Capitanía General de Guatemala a lo largo del periodo hispánico.

La tumba de un santo: Cruzando el mar desde Tenerife, Pedro de San José de Betancur pisó Guatemala en 1650. No más llegar enfermó, viviendo en carne propia la situación de los más pobres e indefensos. Deseoso de cursar estudios religiosos, asistió al Colegio de San Lucas de la Compañía de Jesús de la capital. Sin embargo, abandonaría este camino para ser fraile franciscano. Atendió a pobres, huérfanos e indígenas, llegando a fundar la Orden de los Hermanos Betlemitas con el fin de socorrer a los más necesitados. Además, fue el primer alfabetizador de América. Al morir, fue sepultado en la iglesia de San Francisco, templo de 1702 que tras sufrir derrumbes por los terremotos fue reconstruida en la década de 1760. Fue beatificado en 1980 y canonizado por Juan Pablo II en 2002.

Patrimonio de Guatemala y de la Humanidad: En 1944 la ciudad es declarada patrimonio nacional por el general Jorge Ubico; y en 1979, tras considerarla un testimonio excepcional de la tradición cultural y arquitectónica, la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad. En este decreto están incluido todo el casco histórico: iglesias, conventos, edificios de gobierno, casas, museos y demás construcciones del periodo hispánico.